Estilo de vida, Alimentación y su repercusión mental-emocional

El estilo de vida en general de cada persona, y especialmente la alimentación, son el 90% de la salud mental-emocional, así como en la forma de expresarse en la vida, desarrollarla y vivirla.

Vivimos en una sociedad actual que ha perdido el rumbo de la vida en el más amplio sentido de la palabra, comenzando con la alimentación. Dietas sin sentido, alimentos que no necesitamos, amplia ingesta de productos varios y escasa de alimentos… Se ha perdido la dedicación a la cocina saludable, se come por la calle caminando y mientras se trabaja, se desconocen los alimentos de cada temporada y se lleva una alimentación “saludable” sin serlo con el objetivo de estar delgado, de la estética y modas, sin ser conscientes de lo que pueden llegar a perjudicar a medio-largo plazo.

Todo ello también tiene repercusión en la mente, en la calidad de nuestros pensamientos, emociones, sentimientos, haciendo que las personas sean más débiles, susceptibles, irascibles, ansiosas, etc. o bien que sean fuertes, equilibradas, estables, constantes en su vida.

La alimentación determina de forma muy directa la salud-calidad de nuestra sangre y sistema digestivo y ambos, a su vez, determinan entre otros aspectos la salud-calidad de nuestros pensamientos-emociones-sentimientos. Luego nuestra forma de valorarnos, respetarnos a nosotros y a los demás, la calidad de nuestros pensamientos, incluso nuestra forma de reaccionar, trabajar y vivir depende en gran medida de la alimentación.

Podría escribir miles de líneas al respecto, pues es un tema muy amplio e interesante, pero solo voy a limitarme a detallar las sustancias que perjudican nuestros pensamientos, emociones y sentimientos.

  • Azúcar. No hay ningún tipo de azúcar que sea saludable, pero es cierto que no todos se comportan igual, siendo el más perjudicial el azúcar blanco. Cabe decir que nuestro cuerpo-salud no necesita de azúcar, porque la pequeña cantidad de glucosa que necesita la fabrica el propio organismo, en la cantidad justa y necesaria. El azúcar ingerida crea una inflamación interna y según diversos estudios, suprime diferentes hormonas, siendo una de ellas muy importante a nivel mental-emocional, es la llamada BDNF (Brain Derived Neurotrophic Factor) pues se ha comprobado que las personas con depresión, desmotivación y desarmonías similares, tienen unos niveles muy bajos de esta. Curiosamente, cuando más desarmonía mental-emocional, más consumo hay de azúcares, por ello es como el hámster que está en una rueda y no puede salir de ahí. Repito, ningún azúcar es saludable.
  • Edulcorantes Artificiales. Hay personas que evitan el azúcar por diferentes motivos y comienzan a consumir edulcorantes artificiales varios, destacando entre ello el aspartamo (E951). Hay muchos más, pero este es el más conocido y consumido. Sustancia que según estudios es neurotóxica, altera el aminograma de nuestra sangre y a nivel cerebral reduce los niveles de serotonina y dopamina, agravando los síntomas anímicos. El único edulcorante saludable es la estevia, pero cuidado, vigilar al comprarla que sea solo estevia.
  •  Potenciadores del sabor y aditivos varios. El glutamato monosódico (E621) es el más conocido. Sustancia que puede afectar a nivel cerebral y hormonal. Está muy presente en carnes procesadas, alimentos congelados, conservas, alimentos de la cocina oriental y ultraprocesados. Es difícil a veces detectar esta sustancia, ya que se camufla con diferentes nombres.

  • Gluten. Una proteína que se encuentra en varios cereales y que actualmente está la moda de culparla de todo. Bien es cierto que hay muchas personas afectadas por el gluten. Sin entrar en la celiaquía, hay muchos afectados por intolerancia y sensibilidad al gluten, pese a ello no lo es a todo el gluten, ni a todo el trigo, que es el cereal más estigmatizado actualmente. Todo depende del origen del mismo (grano de variedad antigua y ecológico), del procesado (no es lo mismo consumir un grano, copos, harina integral, harina refinada o harinas en general combinadas con azúcares), de la cantidad consumida o de la salud intestinal de la persona. Luego, el gluten de mala calidad y modificado, creará inflamación orgánica que puede afectar también cerebro, pensamientos, emociones. Pero un alimento con gluten de calidad será nutritivo y saludable, salvo que a nivel intestinal haya una debilidad o alteración que haya que mejorar previamente al consumo del gluten.

Otras sustancias que afectan negativamente a nivel mental-emocional y que condicionan nuestro estado de ánimo: tabaco, drogas varias, alcohol, químicos de los productos de limpieza, sustancias utilizadas en la agricultura, así como metales pesados.

Pero además también: las ondas electromagnéticas, exposición excesiva a pantallas, estrés crónico, sueño de baja calidad, falta de contacto con el sol, aire y naturaleza.

Hay muchos factores más que influyen, pero esto es lo más destacado y que está al alcance de todos y cada uno de nosotros para poder mejorar.

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